Se ha encontrado que las 2 terceras partes de las personas con más de 60 años, practican de manera irregular alguna actividad física o son totalmente sedentarios.
Por causa de la inactividad aparecen los riesgos de enfermedades crónicas como las cardiovasculares, hipertensión, diabetes, osteoporosis y depresión. Muchas investigaciones han demostrado que la práctica física regular incrementa la habilidad de un adulto mayor en sus quehaceres diarios, reduce los riesgos de enfermedades crónicas específicas, incluyendo las enfermedades coronarias y baja la tasa de mortalidad.
El ejercicio es benéfico para la salud mental en la tercera edad, porque mejora la auto-estima, autocontrol, funcionamiento autónomo, hábitos de sueño, funciones intelectuales y las relaciones sociales. Cuando se investigaron los estados de ánimos positivos y negativos y la fatiga de mujeres después de una clase de aeróbicos, se encontró una diferencia significativa entre los estados de ánimos antes y después de la clase.
Por causa de la inactividad aparecen los riesgos de enfermedades crónicas como las cardiovasculares, hipertensión, diabetes, osteoporosis y depresión. Muchas investigaciones han demostrado que la práctica física regular incrementa la habilidad de un adulto mayor en sus quehaceres diarios, reduce los riesgos de enfermedades crónicas específicas, incluyendo las enfermedades coronarias y baja la tasa de mortalidad.
El ejercicio es benéfico para la salud mental en la tercera edad, porque mejora la auto-estima, autocontrol, funcionamiento autónomo, hábitos de sueño, funciones intelectuales y las relaciones sociales. Cuando se investigaron los estados de ánimos positivos y negativos y la fatiga de mujeres después de una clase de aeróbicos, se encontró una diferencia significativa entre los estados de ánimos antes y después de la clase.
Hipertensión arterial
Los adultos mayores hipertensos que participaron en un programa de ejercicio físico pudieron demostrar que su nivel de presión arterial logró controlarse y hasta se mejoró. En una investigación sobre la presión arterial en reposo de personas mayores con presión arterial normal, los resultados mostraron que los 2 grupos de ejercicios, uno de intensidad moderada (70%) 45 minutos/3 veces por semana y el otro de alta intensidad (85%) 35 minutos/3 veces por semana, aumentaron su consumo máximo de oxígeno trabajando en los 3 primeros meses del programa y bajaron su presión arterial sistólica a los 6 meses
Los adultos mayores hipertensos que participaron en un programa de ejercicio físico pudieron demostrar que su nivel de presión arterial logró controlarse y hasta se mejoró. En una investigación sobre la presión arterial en reposo de personas mayores con presión arterial normal, los resultados mostraron que los 2 grupos de ejercicios, uno de intensidad moderada (70%) 45 minutos/3 veces por semana y el otro de alta intensidad (85%) 35 minutos/3 veces por semana, aumentaron su consumo máximo de oxígeno trabajando en los 3 primeros meses del programa y bajaron su presión arterial sistólica a los 6 meses
Ejercicios en la Tercera Edad
Los mejores ejercicios para toda aquella persona que pretenda mantenerse sana sin alardes deportivos son los aeróbicos. Es decir, aquellos ejercicios en los que el corazón bombea sangre y con ella un mayor aporte de oxígeno a los músculos en un periodo relativamente largo, ofrecen los mayores beneficios cardiovasculares y aumentan la capacidad pulmonar.
Consisten en ejercicios de resistencia como pasear, correr, nadar o andar en bicicleta. El ejercicio anaeróbico (pesas), en cambio, es aquel en el cual los músculos no reciben aporte de oxigeno. Son ejercicios de alta intensidad y no son actividades propias de aquellas personas que pretenden mantenerse en forma, porque no mejoran la capacidad cardio-pulmonar.
Deportes recomendables
Fases de Calentamiento: preparación para el ejercicio. Al finalizar la actividad deportiva, hay que repetir los ejercicios, para acostumbrar el cuerpo al reposo.
Caminar: excelente ejercicio, especialmente si se realiza por el campo o por la montaña. Puede ser practicado por personas de cualquier edad. Ayuda a mantener la capacidad pulmonar, fortaleza, agilidad y el sentido del equilibrio. Hay que tener en cuenta la vestimenta, la postura y el ritmo de caminar.
Hacerlo 30-40 minutos diarios.
Correr: deporte simple y barato, pero hay que tener cuidado. Si nunca ha corrido y quiere comenzar a hacerlo, es conveniente un chequeo médico. Algunos trastornos cardiovasculares, como los soplos cardiacos, pueden pasar inadvertidos si llevamos una vida sedentaria, pero pueden tener graves consecuencias si forzamos el trabajo del corazón
Estas prevenciones no deben asustar a las personas sanas. Correr refuerza y aumenta el tamaño del corazón y requiere un entrenamiento progresivo que se debe acompañar de gimnasia y estiramientos para mejorar la flexibilidad y evitar sobrecargas.
Natación: deporte para todas las edades, desde la infancia hasta la tercera edad y el más completo. Los ejercicios en el agua son menos agresivos, reduciendo al máximo la tensión de los huesos y las articulaciones. Así, comparando la natación con la carrera, en ésta última las articulaciones, sobre todo tobillos y rodillas, sufren mucho más a causa de nuestro peso.
Dentro del agua, la gravedad es distinta. Por eso se recomienda la natación para aliviar dolores musculares o articulares crónicos, para pacientes con problemas cardiovasculares, para las discapacidades físicas y motoras, para las hernias, lumbalgia y para personas con estrés o depresión, entre otras patologías.
Aporta resistencia cardio-pulmonar, estimula la circulación, desarrolla la mayoría de los músculos, nos hace más flexibles, también alivia tensiones debido a su efecto sedante, estimula el crecimiento y el desarrollo psicomotor. Para que la natación sea efectiva es necesario practicarla con regularidad. La natación es el deporte más completo y saludable, para todas las edades
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